jueves, enero 07, 2010

BLANCO/NEGRO Serie de Tapices Experimentales

Devenir del blanco en negro

Acercar espacial y humanamente las cosas es una aspiración de las masas actuales tan apasionada como su tendencia a superar la singularidad de cada dato acogiendo su reproducción. Cada día cobra una vigencia más irrecusable la necesidad de adueñarse de los objetos en la más próxima de las cercanías, en la imagen, más bien en la copia, en la reproducción.
Walter Benjamin



Blanco/Negro: el proyecto así llamado por Claudia Tapia se presenta como forma que contrapone los sentidos visuales: poéticos, materiales y el vaciamiento de un cuerpo que da sentido a otro objeto como cuerpo visual.
El ejercicio visual de las materialidades que aquí se presentan es, primero que nada, la búsqueda de sentido que se realiza en una salida de campo: paseos, mercados, ferias o tiendas de ropaje y botonerías, son los lugares donde ella hallará –se topará- con la materia de su trabajo, en una operación que comienza mapeando la ciudad en su caminar y mapeando luego los propios objetos encontrados, en una búsqueda que propone su reusamiento, deshaciéndolos ella en su imaginario al momento de ser cartografiados por sus manos, al mismo tiempo que transa, pacta y celebra la compra sabiendo que son objetos de un mínimo valor y que devienen parte de lo que se viene en producción: objetos todos ellos de escaso valor comercial. Así, los ropajes que ella utiliza no son al azar: revisa su conservación y su estado, revisa la data de las prendas, se hace del dato para construir un imaginario posible, lleno de metáforas. Ella miente entremedio de hechuras, busca lo posible dentro de su imaginario haciéndole lugar en el espacio y afectando al mismo espacio.
Una segunda operación es la de recoger los datos presentes en la conversación con el Ropavejero, que se harán presentes después en el hacer gráfico y poético. La conversación, con su contexto y su trama social, forma parte de los objetos e irá dándoles una nueva venida y un nuevo sentido; aquí los objetos se van descubriendo y deshilvanando en otras historias que ella les zurce en pedazos resignificando el relato. Señales que yacen y se recogen en signos, proponiendo una lectura que ha de devenir en presente y pasado, en un blanco y negro, como quien se debatiera entre la vida y muerte, entre lo pequeño y lo grande*; devenir presente de los objetos que al estar presentes se devienen en historia presente.

Los Ropajes sueltos pronto habitaran en su taller esparcidos y dispersos, reubicados y dispuestos nuevamente en el piso como si fuese este taller una otra feria libre, se reclasifican y ordenan en el mismo suelo, denotando aquí principalmente estos ropajes los diferentes estratos sociales y culturales: hilos, tejidos, telas, encajes y botonaduras, son archivados nuevamente; sus partes vuelven a ser clasificadas, los objetos y cosas traídas van tomando otro cuerpo, en partes mayores y menores, en un reordenamiento de su venida: es decir, deshilvana nuevamente sus historias y sus procedencias inciertas: de donde vienen y dónde están estos cuerpos, ropajes que ya vacíos de territorio, vacíos de cuerpo, vacíos de los cuerpos que los habitaron, vacíos de los que los vistieron y reclaman aquí presencia. Claudia Tapia deshabita estos cuerpos (los ropajes) llenos de sentido en medio de un acontecer histórico y social, develando mediante ese acontecer, otras historias: la de los cuerpos que habitaron y gritaron, cuerpos que entre la vida y la muerte reclaman su estar aquí, en territorios y espacios que se hallaron ocupados, y habitan ahora en un soporte blanco como otro cuerpo visual.
Los ropajes, los tejidos dejan ver una trama de lugares posibles, Blanco/Negro polariza la mirada, desarticularizándola del paisaje y del lugar, de la objetualidad de su hechura como cosa: descoser, deshilvanar para exhibir las partes descuartizadas del objeto, arrancadas y sacadas del objeto-prenda, objeto que desmembrado del cuerpo, es exhibido en un plano liso, con sus partes dispuestas como quien disecase el cuero sobre el bastidor ya salado por el curtidor. Ella hace en este campo de rito su festividad, se sumerge en lo carnavalesco del cuerpo, ornamenta los tejidos, las telas, invirtiéndolas al momento de abrir sus interiores: lo que estaba adentro, queda ordenado desde afuera para ser mostrado, es decir: vemos lo que no deberíamos ver, vemos la hechura de un interior, la inversión de los sentidos que altera al espectador al transformar, al transfigurar el objeto en otra cosa, modificando todas las posibilidades de lectura y de sentido, proponiendo en la lectura visual una interpretación libre de la mirada. Dispone las piezas para que el espectador realice su propia historia; traslada y cambia el orden de las cosas, las partes del cuerpo-objeto se desplazan en el espacio, dislocando ella su hacer en derrame: derrame de sentido y de feminidad. Carnavaliza el momento y los elementos ornamentales; los coloca en objeto de mirada: lo que luce de ese interior queda en la toma del plano del contrario; lo que se oculta es mostrado y lo que ahora está presente aparece a modo de ornamento que desborda e invierte las formas. El pespunte es ejecutado como cosa grafica, como dibujo, en sentido de un ir y venir dejando la hebra por el mismo sitio por donde pasó antes**, dando las directrices de la cartografía grafica y del acontecer político y social que su trabajo mantiene mediante metáforas y realidades estéticas. Aquí ella ejecuta y contextualiza la muerte: un bombardeo realizado por israelíes sobre el Líbano, donde niños libaneses mueren en un refugio, sirve de metáfora de realidad para producir sobre una camisa de adulto una treintena de objetos que a manera de imbunches cobijan estos cuerpos en pequeñas sábanas, que condicionados en objetos gráficos dan testimonio de nuestro estado presente denunciándonos en nuestra pasividad. El llanto silencioso de una mujer palestina que cruzando la mar tiene que dejar a su niño fallecido en medio del Atlántico envuelto en su camisa de bebé y que es nuevamente envuelto… para ser rodeado ahora por la memoria.
“Los niños son enterrados en féretros blancos; la camisa se transforma en féretro
del niño…”

Ricardo Villarroel C.
Artista Visual.


* Diferencia y repetición. Gilles Deleuze, ed.Amorrortu
** Diccionario de la lengua española RAE
*** Antonio Guzmàn